martes, 24 de noviembre de 2009

ANOREXIA


Las reuniones y fiestas de fin de año son ocasión para que los jóvenes se luzcan, ellos y ellas se preocupan por cuidar su apariencia y mostrarse como mejor les parece. Hasta allí todo está bien, pero la anorexia es una grave acechanza para las mujeres adolescentes o jóvenes adultas.

Cuidar la línea, ya sea por razones de salud o estéticas no está nada mal, pero nadie debe pasarse de la raya, pues el deseo de lucir extremadamente delgadas ha llevado a unas 200 mil muchachas mexicanas a sufrir la grave anorexia.

Especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social dicen que se trata de severo y prolongado desorden alimentario, caracterizado por una importante pérdida de peso corporal, la restricción total de la ingesta de alimentos, una conducta inducida o auto-impuesta y una actitud incontrolable que -con frecuencia- es acompañada de exceso de actividad física.

La anorexia tiene un fuerte vínculo psicológico, debido a que quienes la padecen piensan que ser delgadas es sinónimo de éxito y atractivo sexual, a tal grado, que se convierte en una obsesión el mantener un cuerpo esbelto, explica el jefe de Enseñanza de Nutrición y Dietética de la Unidad Médica de Lomas Verdes del IMSS, Luis Miguel Garibay Ortiz.

Los números de víctimas son importantes, pero más el hecho de que la estadística incluye sólo a pacientes diagnosticadas como anoréxicas, a ellas hay que sumar los casos que no se registran y que van en aumento.

Una víctima del mal, señala, es tratada por especialistas en nutrición, que le brindan un plan nutricional y complementos vitamínicos, pero además reciben terapia psicológica.

En los huesos

Los pensamientos que llevan a la anorexia derivan de presión social e incluso familiar, lo cual produce estrés y ansiedad, que provoca un intenso miedo a subir de peso y, de manera paralela, genera enorme inseguridad, particularmente entre las jovencitas.

El especialista recomienda a los padres de familia estar muy atentos en el comportamiento de sus hijos, particularmente hijas, para acudir con el médico familiar sobre todo sí muestra síntomas.

Las señales de alerta incluyen súbita pérdida de peso, insatisfacción con su imagen corporal, irritabilidad, insomnio, tristeza o sentimientos de odio hacia sí misma y conductas irracionales; antes, durante y después de comer, así como un elevado interés por consumir productos light.

Asimismo se observa que la víctima es “adicta a la báscula”, llega a pesarse hasta seis veces al día, además de que tarda más de diez minutos en masticar un bocado de comida.

El nutriólogo Garibay Ortiz indica que no obstante que no es un padecimiento de origen genético, la víctima repite las conductas de hábitos alimenticios familiares, y es común que el paciente, rechace o niegue la enfermedad.

Desafortunadamente, el registro de pacientes con anorexia en el Seguro Social es mínimo, ya que cuando se atienden es en los Servicios de Urgencias, al cual llegan, y de manera esporádica, pacientes por pérdida de conciencia.

Otras afectadas por la enfermedad sufren deshidratación severa, insuficiencia renal, intoxicación por la ingesta en exceso de diuréticos y laxantes y, en casos graves, por una descompensación electrolítica. Todas estas alteraciones pueden provocar la muerte.

Una mirada a como lucen los hijos, puede ser la llave que ayude a cerrar la puerta de entrada de la peligrosa y extrema delgadez a las cuales conduce la anorexia.

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